miércoles, 6 de noviembre de 2013

Navaluenga y el juego de la democracia secuestrada. 1ª Parte.






Así es convecinos y ciudadanos, en nuestro pueblo se nos obliga a jugar  a la democracia  con las cartas marcadas y las manos atadas a la espalda.

Si analizamos los resultados de las ultimas elecciones municipales comprobaremos que el alcalde no reúne el apoyo ni del 50% de los votantes.
A pesar de ello, su partido consiguió 7 de 11 concejales, y amparándose en esa falsa mayoría, aplica el rodillo institucional, sin ningún rubor.
Se escudan siempre en una ley electoral injusta, que perpetua esta farsa bufa.
¿Les suena?

Para este aprendiz de brujo, convocar los plenos a las 10 de la mañana, vaciarlos de contenido y debate, negarse a contestar a las preguntas que se le hacen, tratar con desprecio a la oposición y a los vecinos asistentes negándoles el uso de la palabra, es ser un demócrata ejemplar y de ello presume, a pesar de ser consciente, de que estos hechos constituyen un cumulo de despropósitos caciquiles, que es lo que realmente desea ser.

La democracia secuestrada.
El director de esta opera bufa, ilustre alcalde y diputado, al que se le atraganta la palabra democracia de tanto usarla en vano, discurre en sus discursos por los vericuetos del ridículo y la banalidad.
Letanías laudatorias de sus propias vergüenzas, ...yo he hecho de la alcaldía mi vida....yo reparto leña entre los vecinos (Ya sabemos de que tipo es la leña que reparte), yo soy el mas guapo y ademas mando yo, y yo siempre estoy...y yo soy...y yo.... esta aprendiendo a encadenar las mentiras con la practica del que ejerce en los mentideros habitualmente...su única escuela.
La de la farsa y el disimulo.

Si recogemos el discurso monolítico del alcalde y diputado,  discurso vacío, patrimonio de políticos mediocres, y lo desmenuzados desde el sentido común y la cordura, una baba cínica y maloliente se desprende de cada uno de los falaces argumentos que el regidor usa en su mal disimulada locura.

Porque hay que estar loco o ser un sinvergüenza para bautizar como una operación de marketing la estafa de la feria del melocotón.

Hay que ser muy cínico para negar que el Ayuntamiento estuviese detrás de la compra de los melocotones aragoneses en el Barraco, y de la descarga en el polideportivo municipal, para distribuirlos desde allí a quienes se prestaron a venderlos el la "prestigiosa" feria.
Hay que ser un sinvergüenza para invertir la carga de la prueba, y acusar a quienes no queremos ser cómplices del fraude, de malos vecinos y que ejercemos la critica por capricho

No es capaz el señor alcalde y diputado de dilucidar, que al cometer un fraude y engañar a los turistas y vecinos, quien desprestigia totalmente la feria es el mismo.
Habra que explicarle a este Maquiavelo de vía estrecha, que el fin no justifica los medios, y recomendarle que lea a Espinoza y sus análisis sobre el ejercicio del poder.

Taimadamente, nuestro amado líder rehuyo condenar la agresión a Gonzalo Quiroga por parte de su fiel amigo J. Francisco Rueda, como solicito la oposición, aludiendo, como sin querer, a la violencia de genero, sin darse cuenta que las infidelidades constantes forman parte también de esa forma de violencia machista, ignorando y ocultando también que hace unos meses fue condenado por agredir a un vecino, cuando la conciencia de cualquier persona lucida y honrada, hubiese encontrado motivo mas que suficiente en este acto injustificable, para empujarle a presentar su dimisión irrevocable.

Tampoco ha condenado este supuesto representante del pueblo el disparo contra mi casa, demasiada violencia acumula nuestro amado líder en su escaso seso.
Violencia verbal y física, en la palabra y el gesto, a pesar de la aparente calma, porque acusar al contrario de querer usar políticamente el accidente de un empleado municipal, (cuando nada se le ha reprochado y la pregunta ha sido correcta y pertinente: -¿Cumplen los empleados municipales las normas sobre riesgos laborales?), solo se le puede ocurrir a una mente enferma y despiadada, 

Podría perderme haciendo referencia a tantos y tantos despropósitos como tuve oportunidad de oír en este desvirtuado y amañado pleno municipal, pero ahora siento un asco profundo que llena ni boca de un amargo sabor a hiel, y prefiero continuar en otro momento poniendo a parir a este elemento de la mas baja estofa, que la suerte y el fraude electoral han colocado en mi camino y en el de todos los vecino de Navaluenga.

Continuara...


Isidoro Román Cuesta.
Vecino de Navaluenga.

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