lunes, 2 de junio de 2014

Satanización.



Anónimo 1 de junio de 2014, 18:08

Me encantaria poder poner mi nombre pero ya se imaginaran porque no lo hago.Solo decir que donde yo vivo no quiero un guardia civil que piense asi.No me sentiria seguro por que he votado a un partido segun el de extrema izquierda. PODEMOS.



Voces de Navaluenga 2 de junio de 2014, 6:31

"De lo que estoy seguro, es que donde yo este, no triunfara un partido de extrema-izquierda." ( Lease PODEMOS)
Se me ocurren algunas preguntas:


¿Como pretende violentar la voluntad democrática de los vecinos, en el caso de que estos decidieran darnos su confianza en las urnas?
¿Que métodos están en sus manos o cuales le ha enseñado la historia?
¿El uso de la fuerza y la violencia?
Las alusiones al Batallón Vasco Español o a un nuevo golpe de estado...¿que pretenden? ...¿meter miedo?

Estas declaraciones rabiosas, rancias... provocadas por el deseo de venganza, son las que intentan condenarnos a la violencia, son los palos en la rueda.

Etarras sueltos...etarras por todas partes...se rompe España UNA, GRANDE Y LIBRE,

116 bolivarianos, radicales, anarco-comunistas sueltos por Navaluenga ¡¡¡ALARMA!!!....¡¡¡ALARMA!!!.

Este patán esta insultando a muchos vecinos...y todavia no ha pedido disculpas.
Siempre la misma canción del SALVAPATRIAS
...ojala fuese un mal sueño.
La guerra sucia de Intxaurrondo otra vez, al mando "EL GENERAL CORREA GALINDO"...un delirio.

Un delirio peligroso.

¿Quien nos garantiza a partir de ahora, que este personaje no va a utilizar sus atribuciones como agente del orden, para intentar conseguir el objetivo que reiteradamente se ha marcado?

Esta tardando el alcalde en ordenar a este elemento de las fuerzas del orden que se retracte de sus opiniones y en pedir su inmediato traslado.
¿Es debido este retraso a que Arm Gc nuestro ilustre y democrático alcalde comparte el diagnostico del guardia hostil sobre PODEMOS?
Pregunto

Isidoro Román, vecino de Navaluenga.



Voces de Navaluenga 2 de junio de 2014, 8:36

Algún comentario bien intencionado de una persona apreciada por Isidoro y por mí, manifestaba su disgusto con la foto de este artículo.

Le quiero responder:

1- Gonzalo fue advertido de que debía dejar de manifestarse de esa forma.

2- No solo no se retractó, si no que al día siguiente continuó con esta actitud, vertiendo las manifestaciones que reproduce este artículo.

3- Es un servidor público armado, no es un "bocazas" que suelta cuatro bobadas en un bar.

4- Vertió esas manifestaciones en un medio público, y según su "opusiano y reaccionario" ministro y su oscuro y rancio director general, eso es un delito muy grave; si lo es para los que escribieron estupideces sobre la muerte de Isabel Carrasco, debería serlo en este caso también, y agravado por su cargo.

5- Hay que frenar en seco estas actitudes.

6- Estamos hartos de la prepotencia, las presiones, etc, de cierta casposa "castita" establecida, y es fácil opinar desde la tribuna, cuando no padeces todos estos atropellos y amenazas.

7- Por reclamar un poquito de humanidad, para los que sufrieron el asesinato de sus familiares, por parte de algún grupo reivindicado solapadamente por Gonzalo.


Saludos.

Gonzalo Quiroga.



Voces de Navaluenga 2 de junio de 2014, 10:06

Por qué les irrita tanto Podemos.

La ridícula satanización de Pablo Iglesias construye un mensaje dirigido a los votantes de derecha. Esto es lo que pasa cuando no vais a votar, les están avisando, que ganan los rojos


El complejo político-mediático que agita la derecha española ha desatado una apabullante campaña de demonización contra Podemos y contra su líder, Pablo Iglesias. En la brutal y desmelenada ofensiva de nuestro racial Caspa Party hay una parte visceral, fruto del desprecio a quien piense diferente; pero también hay otra que parece un guión escrito e interpretado para crear un estado de ánimo entre los suyos.

A Podemos ni le perdonan, ni le perdonarán, haber puesto en ridículo el más repetido de sus vaticinios. "El 15-M se quedará en nada", aseguraban, "solo son una panda de porreros y hippies que básicamente no quieren trabajar". En su documentada opinión serían incapaces de organizarse y asumir costes para conseguir sus objetivos. Pero no solo se han organizado, sino que han irrumpido como la cuarta fuerza política del país, no como algo testimonial.

A Podemos ni le perdonan, ni le perdonarán, haber evidenciado la falacia de su argumento predilecto. "Si quieren cambios que se presenten a las elecciones y si la gente los vota, se harán esos cambios porque esto es una democracia", decían. Para a continuación añadir que no se presentaban porque sabían que no les votarían. Se han presentado y les han votado, mucho. Eso siempre es un problema para los demócratas de toda la vida.

A Podemos ni le perdonan, ni le perdonarán, haber traido de vuelta del infierno de la antipolítica a mucha gente. Para el Caspa Party toda esa gente está mejor allí, desmovilizada en la desafección y la abstención. Allí no molestan porque no se entrometen en las decisiones y cuando las cosas van mal siempre se les puede culpar por no comprometerse, o por ser indiferentes, o por ser violentos, o por lo que sea.

El éxito de Podemos ha abierto por las bandas la agenda política española. Ya no bastará con decir que no se puede hacer otra cosa, que no queda más remedio, que no hay alternativa a los desahucios, a la deuda, al equilibrio presupuestario, a los recortes, a las vallas... A poco que se pidan, habrá que dar muchas explicaciones que hasta ahora se habían ahorrado.

La irritación existe, incluso el odio. Son reales. Pero también hay algo de sobreactuación entre tanto ruido y tanta furia. La ridícula satanización de Pablo Iglesias o Juan Carlos Monedero construye un mensaje dirigido a los votantes de derecha. Esto es lo que pasa cuando no vais a votar, les están avisando, que ganan los rojos.

Hay que convertir a Podemos en un demonio con cuernos, amigos de Maduro, de Castro, de los ayatollahs, de los violentos, de lo que meta más miedo. Así se fija entre los votantes del PP la idea de que constituyen una amenaza temible liberada por su abstención y se les asusta para que ni piensen siquiera en no ir a votar en municipales y generales. Se busca convencerles de que quedándose en sus casas en realidad no castigan al PP, sino que se castigan a sí mismos.

A falta de éxitos y buen gobierno que ofrecer a sus electores, el complejo político-mediático de la derecha española recurre a su plan B habitual: el miedo a lo que pueda venir, el miedo al otro. Y hasta ahora casi siempre les ha funcionado

Antón Losada

01/06/2014 - 20:58h

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.